Soy periodista, y en mi
país, España, los medios de comunicación no me quieren. Quizás me
quieran como becaria, recadera, escribana, copista, vocera, pero NO
como periodista. Y es que vivo en un país en el que el periodismo
está en peligro de extinción. En los últimos años han cerrado
muchos medios, han echado a muchos periodistas a la calle y han
contratado a muy pocos y a la mayoría bajo condiciones muy
precarias. ¿Una caída merecida? Hacía tiempo que los medios habían
dejado de servir a la ciudadanía para servir al capital (o a quien
lo maneja), pasando de ser un servicio a la sociedad a ser un
servicio a ellos mismos y a sus “amos”. Y así, el periodismo, y
sobre todo la televisión y la prensa, viven en un desprestigio
decadente y apremiante, y la sociedad ya no cree en ni en los medios
ni en los mediadores.
Pero, a pesar de todo,
soy periodista, defiendo mi profesión y creo profundamente que el
periodismo es necesario. Por muchas razones. Las repito, hoy y las
veces que haga falta. En primer lugar, porque creo en el derecho a la
información de los ciudadanos y creo que este derecho va
estrechamente unido al de la libertad. Es la información la que nos
hace libres, porque sólo es libre quien tiene la posibilidad de
elegir (porque conoce). En segundo lugar, porque creo que, dada la
complejidad del mundo y la sociedad actual a todos los niveles, es
necesario la figura de un profesional que seleccione, evalúe y
analice las implicaciones de la realidad circundante en la vida de
los ciudadanos, y comunicarla. Creo que esto sólo puede hacerse
mediante la profesionalización porque considero que es necesaria una
labor de vida, una dedicación completa y que para enfrentarse a la
realidad y sobre todo para interpretarla es necesaria una preparación
o instrucción previa (como ocurre con el resto de profesiones). Este
punto sigue suscitando discrepancias incluso dentro del propio
sector, pero aún así, yo defiendo este postulado. En tercer lugar,
porque opino que es imprescindible el conocimiento de lo ocurre en
nuestro país y en el mundo para poder participar en la vida pública
y sobre todo para poder participar en ella de forma democrática. Si
creemos que los ciudadanos tienen el derecho de gobernarse a sí
mismos y hacerlo eligiendo a sus representantes, para que ellos puedan ejercer
con libertad este derecho deben de tener a su disposición toda la
información relevante de la vida pública y política. Y con esto
vuelvo a mi primer postulado: es la información la que nos hace
libres, porque sólo es libre quien tiene la posibilidad de elegir.
Os cuento esta historia
de desamor entre mi país y mi profesión porque es la historia de mi
vida y de mi tiempo, y es la que nos ha tocado vivir a los españoles que
queremos dedicarnos a servir a la sociedad dándole información. Esa
soy yo: una periodista desahuciada pero tozuda, que no cesa en su
empeño de comunicar con sinceridad la realidad del mundo cambiante
que le tocó vivir y que siempre trata y seguirá tratando de
adivinar.
Enhorabuena por la iniciativa, espero que sea larga y prospera. Me pasaré por aquí para leerte :)
ResponderEliminaránimo, sobreviviremos!!!
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